Ayer miré la autopista bajo la lluvia, tantos autos volando a ninguna parte, y yo mismo, aferrado a los controles de la máquina, a las señales, las luces, los sonidos... Tanta velocidad en la noche, para llegar al hogar... Pero no llegué a mi casa, quedan tantos días por seguir el viaje, y nunca está mi casa. Entonces miro el cielo oscuro, espero un instante donde no suenen voces...y la veo. La noche es mi casa.
HS 7-FEB-2010
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