Viejas rutas relampaguearon en mi mente
antiguos viajes
velocidad y sueños de un mundo
que cambiará
el hotel fantasma del camino
y el blues gastado
que brilló en la noche de Neuquen
el gesto cómplice
del espiritu indigena
buscando a dios
y mi corazón latiendo
en la sombra de la montaña
...y el niño que murió soy yo
mientras el aire helado de la noche cordillera
va dando vuelta la página
HS
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